A nadie le gusta que le digan NO, así de simple. Nadie anda por la vida coleccionando negativas por placer o por deporte. Este monosílabo quizás sea el culpable de todos los males del hombre si nos queremos poner filosóficos al respecto, pero no es la idea.
La idea es mundana, desempleada. La idea es que estoy sin trabajo y por primera vez en mi existencia me estoy enfrentando al mítico Can Cerbero de la búsqueda laboral y sus ladridos negativos. Es una de esas cosas con las cuales todos los mortales tenemos que ver, a menos que tengas uno de esos apellidos que vienen forrados de billetes.
Buscar trabajo es un trabajo en sí mismo. Es buscar las ofertas de los puestos que realmente quieres para terminar conformándote por lo que hay, es hacer un curriculum digno de alabanza y darte cuenta luego de que en verdad no has hecho nada en la vida, es chequear tu guardarropa y prepararlo para el día decisivo de una entrevista que si llega igualmente no estarás vestido según las expectativas, es pasar meses esquivando la responsabilidad de un portafolio –esto es con los arquitectos/diseñadores/artistas– porque nunca estarás realmente seguro qué mostrar si tienes de sobra o qué inventar para llenarlo si tienes de menos. Es esto y más, cada oficio con una lista interminable de requisitos y expectativas, pero la idea tampoco es hablar de eso.
La idea es sobre el fatídico email del NO, no hay trabajo para ti, el email del “no te pongas medias que la foto es tipo carnet” como dice tan coloridamente un amigo en el título de su blog, es sobre esas líneas con las que te dicen tranquilamente que gracias por el esfuerzo pero no es suficiente. Y toda esta retahíla de ideas trasnochadas simplemente existe para darle paso a ese email, el email que realmente te quieren mandar y no pueden, por decencia, el email que con palabras políticamente correctas y de copy/paste dice –al menos para los arquitectos/diseñadores/artistas– exactamente lo siguiente.
Desempleado número tres mil:
Primero que nada felicitaciones por haber pasado tres horas de tu vida googleando empresas de diseño en esta ciudad. Sabemos que no tenemos buen posicionamiento web y que estamos, más o menos, en la treintava “O” de Google. Pero no importa, aunque nos llamamos “estudio” somos en realidad dos tíos y hemos hecho pocos trabajos, pero al menos cobramos a fin de mes, a diferencia de ti.
Hemos estudiado tu curriculum, después de bajarlo con serias reservas por temor a que sea un virus indetectable, y hemos llegado a la conclusión de que estás gravemente descalificado/sobrecalificado para trabajar con nosotros. Sin embargo hemos hurgado tu portafolio por simple curiosidad y aceptamos que tienes un par de cosas buenas, pero lo nuestro mola más.
Actualmente la situación está tan jodida que si difícilmente tenemos trabajo para nosotros mucho menos tenemos para subcontratarlo a freelancers, si al menos tenías esa esperanza. Hay un batallón de amigos diseñadores igualmente desesperados y desempleados que tú, que nos hacen la vida imposible constantemente al recordarnos de su miseria. Honestamente no queremos perder a los colegas de cañas y fiestas de finde, y además tener que pagarte a ti más de lo que podríamos a otro.
Todavía no estamos seguros si archivaremos tus datos para el futuro como te prometimos y a los 2999 desempleados antes que tú. No nos juzgues. Si guardásemos todo lo que nos llega nuestros discos duros serían sólo portafolios anónimos y cero trabajo.
Te deseamos suerte en tu búsqueda, realmente la vas a necesitar. Como pintan las cosas dentro de seis meses estaremos en el mismo plan que tú. Empieza a comprar la lotería de la Once, nosotros lo venimos haciendo desde enero.
Saludos.
P.D. No nos llames, nosotros tampoco te llamaremos.