Desde mi ventana.

Pájaros indecisos buscando la mejor rama, luces hirvientes, encendidas desde anoche, la luna rezagada y a mitad de camino entre las sábanas azules del cielo.

El guardarropa entero de un joven, colgado y luchando por su vida sobre el vacío; la primera sombra proyectada, la luz roja del buenos días, la pareja de ancianos que desayuna rodeada de flores.

El tranvía puntual que todavía advierte a transeúntes adormilados, el toldo desgarrado que suplica enmienda, la bombona de butano todavía huérfana.

El borracho que se le olvida que ya es de día y discute con el asfalto intransigente, el coche silencioso, el coche ruidoso, el coche averiado.

Los bancos vacíos que extrañan las conversaciones de fútbol, antenas de TV que bailan al ritmo que impone la brisa, la botella a medio beber olvidada por Sofía antes de ir a la fiesta.

Persianas que suben, persianas que bajan, persianas que se quedan persianas. El viaje que empieza o termina mientras escribo esto, la naranja que cae ya madura.

La vecina que me mira intrigada, una familia de gatos en un techo inclinado, el buzón de correos que nunca había visto.

La primera parada del bus, la primera pasajera del bus; contenedores de basura sin basura, el conductor que amparado por la hora se traga la flecha.

Semáforos coordinados y la luna todavía ahí, negada a dormir, como yo, que mi día termina cuando el de los otros comienza. Veo vidas, veo mundos, desde mi ventana.

Un comentario en “Desde mi ventana.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s